La Crítica 2.0 ☆
¡Bienvenidos a la Séptima Semana de Roles!
Como ya os mostré dos semanas atrás, volvemos a repetir todos los roles semanales. Esta vez el seleccionado ha sido: ¡La Crítica!
Como todos los días, os explico brevemente la dinámica: debo elegir un artículo de actualidad y dar una crítica personal de dicho tema.
Esta vez la noticia que más me ha llamado la atención ha sido la siguiente: Artículo (pulsar).
Fuente: EL Mundo
La noticia redactada por el periodista Daniel J. Ollero nos explica como el menor de 10 años realizó este viaje de huida, completamente solo, en tren el 1 de abril. Podemos leer que el niño fue encontrado por el revisor de dicho tren y que, al darse cuenta de que el pequeño se encontraba solo y bastante desorientado, se alertó a las autoridades correspondientes.
Tras la intervención de los equipos de seguridad, el menor reveló a los oficiales que tanto él como su hermana mayor "habían sido objeto de agresiones continuas por parte de sus padres, utilizando objetos cotidianos como cinturones y cables de cargadores como herramientas para infligir castigos corporales a sus propios hijos."
Por otro lado, una vez localizado a los progenitores y a la hermana del menor, la chica de 13 años confirmó la acusación de malos tratos que había afirmado el pequeño niño, donde a su vez, los padres de los menores, afirmaron los hechos con la triste justificación: "nuestra manera de educar a los niños".
Finalmente, ante las claras declaraciones de los adultos, la UFAM (Unidad de Atención a la Familia y Mujer) y la Fiscal de Menores, tomaron cartas en el asunto ingresando a los dos niños en un centro de acogida especializada y ordenando la detención de ambos padres por un delito de malos tratos habituales.
Una vez aprendido todo esto, hay muchas injusticias que se me escapan.
¿A qué nivel de miedo debía haber llegado este niño para con su edad emprender un viaje a un lugar completamente desconocido?
Por ahora se desconoce si el menor conocía a alguien en la ciudad de Ávila que le pudiese ayudar una vez llegase ahí, pero si esto no fuese así, me preocupa mucho cual hubiese sido el destino del niño si el revisor de este tren no hubiese notado algo raro ese día.
Por otro lado, qué tan normalizado tiene que estar el maltrato a los hijos, si ninguno de los dos padres se mostraron avergonzados confesando que sí, es verdad lo que estos dos chicos afirman, y declarando, orgullosos, que es su forma de educar a sus hijos.
Da igual de la cultura o país que provengas, nadie debería usar la violencia contra otra persona, menos a un menor y encima, de tu familia. No implementas ninguna educación agrediendo a tus hijos, porque de este modo, solo aprenden a temerte y a reprimirse ellos mismos.
Si, aún al ver que su hijo menor ha huido de ellos lo más rápido que ha podido, no son capaces de ver que la crianza que están ejerciendo no es la adecuada, deberían considerarlos al ser detenidos. Sin embargo, los progenitores ya han sido puestos en libertad y, desde mi punto de vista, no es tiempo suficiente para reflexionar sobre sus errores. Considero que estas personas merecen un castigo mayor por el daño ocasionado a estos menores, y espero de corazón, que ya que están en la calle, no se les vuelva a conceder la custodia de estos pequeños, que seguro estarían mucho mejor con una familia que si los educase de verdad y les proporcionase el cariño que se merecen.
Si tan solo con 10 años, un niño ha tenido el valor de escapar de sus padres y tiene menos miedo de enfrentarse a la calle solo, que a sus padres, ¿cuánto tiempo habrían estado aguantando estos castigos tan terribles?
Porque un chico que quiere a sus padres, no alcanza la puerta la primera vez que su progenitor le pone una mano encima.
¿Ninguna persona de su círculo social fue capaz de notar lo que estaba ocurriendo en el hogar del menor?
Ningún profesor, ningún familiar, ningún amigo, ¿nadie notó cambios en la actitud de el chico?
¿Por qué tomó una decisión tan arriesgada de último minuto?
Para finalizar con este rol tan social, os dejo varias preguntas que estas noticias han sido incapaces de responder y que a mí me surgieron al realizar la lectura y el comentario de este suceso.
Un abrazo y ¡gracias por leerme!
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